La prueba podría sustituir a las punciones lumbares y los escáneres cerebrales.
Cuando los médicos necesitan confirmar un diagnóstico de Alzheimer, suelen recurrir a una combinación de imágenes cerebrales y análisis celulares. Ambos tienen sus inconvenientes. Este último implica una punción lumbar, un procedimiento invasivo y doloroso que se conoce más comúnmente como punción raquídea. Un médico introduce una aguja en la parte baja de la espalda para extraer una muestra del líquido cefalorraquídeo del paciente. A continuación, un técnico de laboratorio analiza la muestra para detectar signos de pérdida progresiva de células nerviosas y acumulación excesiva de amiloide y proteína tau. Las resonancias magnéticas son menos invasivas, pero suelen ser caras y su accesibilidad es un problema.
La siguiente mejor herramienta para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer es un análisis de sangre. Aunque algunos pueden detectar recuentos anormales de proteína tau, son menos eficaces para detectar los signos reveladores de la neurodegeneración. Pero eso podría cambiar pronto. Esta semana, en la revista Brain, un equipo multinacional formado por investigadores de Suecia, Italia, Reino Unido y Estados Unidos ha presentado un nuevo análisis de sangre basado en anticuerpos que han desarrollado recientemente. La nueva prueba puede detectar las proteínas tau derivadas del cerebro, que son específicas de la enfermedad de Alzheimer. Tras un estudio de 600 pacientes, el equipo descubrió que su prueba podía distinguir con fiabilidad la enfermedad de otras enfermedades neurodegenerativas.
El Dr. Thomas Karikari, profesor de psiquiatría de la Universidad de Pittsburgh y uno de los coautores del estudio, declaró a The Guardian que espera que este avance pueda ayudar a otros investigadores a diseñar mejores ensayos clínicos para los tratamientos del Alzheimer. «Un análisis de sangre es más barato, seguro y fácil de administrar, y puede mejorar la confianza clínica a la hora de diagnosticar el Alzheimer y seleccionar participantes para ensayos clínicos y el seguimiento de la enfermedad», afirmó. Aún queda trabajo por hacer antes de que la prueba llegue al hospital. Para empezar, el equipo tiene que validar que funciona en una amplia variedad de pacientes, incluidos los de distintos orígenes étnicos.