Si estás eligiendo un nuevo PC o portátil, o pensando si adquirir la nueva generación de consolas PS5 o Xbox Serie X, probablemente te hayas topado con el término SSD, pero ¿qué es y por qué es importante?
Para responder a estas preguntas clave, hemos creado esta guía en la que se detalla todo lo que necesitas saber sobre las unidades SSD.
La respuesta breve es que las unidades de estado sólido (SSD) son versiones más nuevas y rápidas de las unidades de disco duro (HDD). Los discos duros almacenan los datos en cabezales mecánicos de lectura/escritura móviles, mientras que las unidades SSD los almacenan en chips de memoria de estado sólido inmóviles.
El resultado: Las SSD tienen más ciclos de lectura y escritura, un acceso más rápido a la información almacenada y un menor consumo de energía. Un SSD es un sustituto de un disco duro convencional que tiene un tiempo de respuesta y una capacidad de almacenamiento mucho más rápidos. También se denominan discos de estado sólido (SSD).
¿Para qué se utilizan las unidades SSD?
Las unidades SSD son la opción más cara en comparación con los discos duros, pero con el tiempo se han vuelto más comunes en muchas áreas informáticas. Las empresas que trabajan con muchos datos a la vez pueden utilizar unidades SSD, ya que tienen velocidades de transferencia rápidas y pueden recordar la información incluso cuando el dispositivo en el que están alojadas está apagado.
Los jugadores también pueden optar por utilizar una SSD en lugar de un disco duro tradicional, ya que muchos títulos triple A vienen con una gran cantidad de archivos, que contienen personajes, mapas y niveles, que deben cargarse rápidamente para una experiencia sin problemas.
También son ideales para smartphones por su menor tamaño en comparación con un disco duro. Además suelen requerir menos energía y son resistentes a los golpes, por lo que resultan ideales para dispositivos portátiles.
Cómo funcionan las SSD
Las unidades SSD no tienen piezas móviles, por lo que son más fiables que los discos duros. No tienen cabezales de lectura ni otras piezas que puedan romperse durante el funcionamiento o el transporte. La ausencia de estas piezas hace que las SSD sean inmunes a las vibraciones externas y puedan soportar temperaturas más extremas.
Una SSD se compone de chips de memoria flash que almacenan datos de forma no volátil. Los chips se organizan en forma de rejilla y se conectan a la placa base del ordenador a través de un controlador SATA o directamente en la placa base a través de una ranura M.2. El formato dependerá del dispositivo y del tipo de SSD.
El controlador dirige las operaciones estándar de entrada/salida (E/S) del ordenador, recuperando rápidamente los datos de la red y enviándolos a la placa base. Como no hay cabezales de lectura/escritura, los datos se escriben en las celdas de la rejilla.
Capacidad de almacenamiento de las SSD
Las unidades SSD están disponibles en varias capacidades de almacenamiento, desde 32 GB hasta 16 TB. Cuanto mayor sea la capacidad de almacenamiento de las SSD, más datos podrá almacenar la unidad. Las SSD tienen el mismo precio que los discos duros con la misma capacidad.
¿Hay distintos tipos de SSD?
Existen varios tipos de SSD en el mercado, siendo las variantes más populares PCle, SATA, NVMe y M.2.
Las SSD PCle suelen utilizarse para conectar hardware como tarjetas gráficas u otros componentes internos de alto rendimiento. Esta conexión proporciona una baja latencia y un gran ancho de banda, lo que resulta ideal para cualquiera que busque una conexión rápida entre la CPU y la SSD. El rápido rendimiento se nota más cuando se realizan tareas de alta intensidad, como juegos o creación de contenidos y no será tan evidente durante el uso diario normal.
SATA significa «serial advanced technology attachment» y es una de las soluciones más utilizadas en el mundo de los discos duros. Cabe en la mayoría de portátiles y PC, y es una opción fácil para dispositivos de productividad de baja intensidad, ya que es la más lenta de todas las SSD, con unos 600 MB/s.
NVMe significa memoria no volátil exprés y es unas cinco veces más rápida en la transferencia de datos que SATA, alcanzando hasta 2600 MB/s. NVMe suele utilizar componentes de PCle para ofrecer velocidades aún más rápidas, aunque requieren más potencia, por lo que suelen utilizarse en empresas que manejan grandes cantidades de datos.
Puedes consultar nuestro artículo sobre los conectores M.2 de las SSD para obtener una explicación más exhaustiva, pero M.2 garantiza que una SSD pueda ser lo más rápida posible, superando normalmente la marca de 2600 MB/s que alcanzan PCle y NVMe. Sin embargo, para utilizar un conector M.2 la placa base de tu dispositivo debe ser compatible o será necesario conectarlo utilizando una tarjeta PCle junto al M.2 para conectarlo de nuevo a la placa base.