¿Qué es un procesador ARM?

Es muy probable que tengas un dispositivo que utilice un procesador Arm, ya sea un smartphone, una tableta, un casco de realidad virtual o incluso una Nintendo Switch.

Sin embargo, es posible que no conozcas Arm, ya que no pone su nombre por todo el chip, sino que licencia la arquitectura a empresas como Qualcomm, Apple, Nvidia y muchas más.

¿Qué es un procesador Arm y en qué se diferencia de los chips de AMD e Intel?

Hemos creado esta guía para responder a esa pregunta, así que sigue leyendo para saber todo lo que necesitas sobre los procesadores Arm.

¿Qué es un procesador Arm?

Arm es una arquitectura RISC (reduced instruction set computing) desarrollada por la empresa Arm Limited. Esta arquitectura de procesador no es nada nuevo. Se utilizó por primera vez en ordenadores personales en la década de 1980.

Sin embargo, es poco probable que veamos un dispositivo etiquetado con un procesador «Arm», como ocurre con las máquinas equipadas con AMD e Intel. Esto se debe a que Arm Limited licencia la arquitectura a terceras empresas para que desarrollen sus propios procesadores a medida.

Algunos ejemplos modernos de procesadores basados en Arm son el chip Tegra de Nvidia, que se encuentra en la Nintendo Switch, y las nuevas gamas de procesadores M1 y M2 que equipan los últimos Mac y MacBook. Uno de los principales clientes de Arm Limited es Qualcomm, que utiliza su arquitectura para desarrollar los procesadores Snapdragon que equipan la gran mayoría de smartphones y tabletas modernos. Si tienes un pequeño dispositivo informático portátil, es muy probable que funcione con arquitectura Arm.

¿A qué se debe? Pues bien, la naturaleza eficiente de la arquitectura RISC permite utilizar menos transistores que los procesadores x86 basados en Intel (habituales en portátiles y ordenadores de sobremesa) para alcanzar un nivel de rendimiento similar, lo que ayuda a los chips basados en Arm a destacar en eficiencia energética y disipación del calor. La tecnología Arm tiene mucho sentido en un sector como el de los smartphones, en el que se da prioridad a la duración de la batería y la baja temperatura frente a la potencia.

Tras las recientes mejoras de rendimiento y un mayor soporte de software por parte de Microsoft, los procesadores Arm también han empezado a aparecer en portátiles, aunque sobre todo en ultrabooks que priorizan la batería y la portabilidad por encima de todo.

Qualcomm ha empezado a lanzar sus propios chips para portátiles basados en Arm, pero han tenido problemas de compatibilidad con Windows, lo que hace que muchas aplicaciones y programas no funcionen o lo hagan con lentitud. Microsoft está trabajando estrechamente con Qualcomm para remediar estos problemas, pero por ahora, lo mejor es seguir con la arquitectura Intel x86 (a través de Intel Core y AMD Ryzen) para la mayoría de los portátiles con Windows.

Sin embargo, la historia de macOS es diferente. Apple ha creado sus propios chips Apple Silicon utilizando la arquitectura Arm. De este modo, Apple ha podido maximizar la duración de la batería de los últimos MacBooks: el MacBook Air M2 aguantó casi 14 horas en nuestras pruebas, mientras que el portátil Windows medio solo aguanta unas 10 horas.

El rendimiento es un área en la que los procesadores Arm han tenido históricamente dificultades para competir con sus homólogos Intel x86, pero eso parece estar cambiando. El Apple M2 Ultra (que es un procesador Arm) es uno de los chips más potentes que hemos visto nunca, lo que convierte al Mac Pro y al Mac Studio en dos de los ordenadores de sobremesa más potentes del mercado.

Apple ha sido capaz incluso de producir chips potentes para portátiles, con el Apple M2 Max proporcionando un rendimiento inmenso a través de los portátiles MacBook Pro. Esto demuestra que los procesadores Arm tienen un futuro muy prometedor, y podrían llegar a ser incluso más comunes en portátiles y ordenadores de sobremesa en los próximos años.

¿Es Arm mejor que Intel x86?

No necesariamente. Ambos tipos de arquitectura de procesador tienen sus propios puntos fuertes y débiles. Su excelente consumo energético y disipación del calor hacen que Arm sea ideal para dispositivos pequeños y portátiles, como teléfonos inteligentes y tabletas.

Por su parte, la arquitectura x86 CISC (complex instruction set computer) de Intel ha sido tradicionalmente más adecuada para tareas centradas en el rendimiento, ya que puede ejecutar instrucciones más complejas por reloj. Por eso son ideales para portátiles y ordenadores de sobremesa, que suelen soportar mayores cargas de trabajo que los smartphones y las tabletas.

Hasta ahora, los fabricantes de portátiles habían rechazado los chips basados en Arm porque requerían grandes cantidades de RAM y sufrían problemas de compatibilidad con los sistemas operativos Windows, pero todo esto parece estar cambiando poco a poco. Ahora la RAM es mucho más asequible y Microsoft está trabajando con Qualcomm para solucionar esos problemas de compatibilidad.

Ya estamos en una fase en la que los fabricantes venden portátiles equipados con chips basados en Arm, como el Galaxy Book S de Samsung, el Yoga C630 13 de Lenovo y el Surface Pro 9 5G de Microsoft. Estos portátiles presumen de una duración de batería superior a la media, nuevos diseños ultraportátiles y compatibilidad con conectividad LTE, y aunque el rendimiento de la CPU no era tan bueno como el de sus homólogos Intel x86, seguían siendo lo bastante potentes para tareas básicas como la navegación web, el streaming de vídeo y el procesamiento de textos.

Pero cualquier duda de que Arm pueda competir con Intel x86 en términos de potencia de rendimiento se está disipando poco a poco gracias a Apple. Su última gama de procesadores M2 compite con los últimos procesadores para portátiles de AMD e Intel, e incluso los ha superado en potencia en algunos casos.

Estos derechos de fanfarronería, al menos en el mercado de consumo, son actualmente exclusivos de Apple. Si quieres un portátil o PC Windows potente, es mejor que evites Arm y optes por un procesador Intel x86 de AMD o Intel.

Esto es especialmente cierto para los juegos. Mientras que el procesador Arm de Nvidia ha prosperado en la Nintendo Switch, la PS5 y la Xbox Serie X utilizan procesadores Intel x86 para maximizar el rendimiento. Si quieres montar un PC para juegos, también querrás usar un chip Intel x86 de AMD o Intel.

Así que, aunque sería inexacto decir que Arm es mejor que Intel x86, no hay duda de que el primero está mejorando a un ritmo acelerado y probablemente tendrá una presencia mucho mayor en la industria de los ordenadores portátiles y de sobremesa en los próximos años, al tiempo que seguirá dominando el espacio de los smartphones.

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