Sin embargo, no está claro si procede del mundo rocoso o de su estrella anfitriona.
Los astrónomos podrían estar a punto de lograr un gran avance en la búsqueda de vida extraterrestre.
Gracias al telescopio espacial James Webb (JWST), los científicos han detectado vapor de agua alrededor de un exoplaneta lejano, conocido como GJ 486 b. El único problema es que no pueden saber si procede del mundo rocoso o de su fría estrella anfitriona.
«El vapor de agua en una atmósfera de un planeta rocoso caliente representaría un gran avance para la ciencia de los exoplanetas», según el investigador principal del programa, Kevin Stevenson, del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins. «Pero debemos tener cuidado y asegurarnos de que la estrella no es la culpable».
Un 30% más grande que nuestro planeta y tres veces más masivo, GJ 486 b transita por su estrella enana roja, cruzando por delante de ella (desde nuestro punto de vista). Si existe una atmósfera, explica el Space Telescope Science Institute, la luz estelar se filtraría a través de sus gases para crear «huellas dactilares» en la luz, lo que permitiría a los astrónomos descifrar su composición.
«Vemos una señal y es casi seguro que se debe al agua», afirma en un comunicado Sarah Moran, autora principal del estudio. «Pero aún no podemos decir si esa agua forma parte de la atmósfera del planeta, es decir, si el planeta tiene atmósfera o si sólo estamos viendo una firma de agua procedente de la estrella».
Aunque el vapor de agua podría indicar la presencia de una atmósfera en GJ 486 b, es igualmente plausible que proceda de la estrella anfitriona del exoplaneta, que es mucho más fría que el Sol y concentra aún más vapor de agua dentro de sus manchas estelares.
Aunque los científicos no observaron que el planeta cruzara ninguna mancha estelar durante los tránsitos, aún podrían existir en otras partes de la estrella. «Y ése es exactamente el escenario físico que imprimiría esta señal de agua en los datos y podría acabar pareciéndose a una atmósfera planetaria», según Ryan MacDonald, coautor del estudio.
Si existiera, la atmósfera de vapor de agua se erosionaría gradualmente, debido al calentamiento y la irradiación estelar, y requeriría una reposición constante a partir de los volcanes que emiten vapor.
Futuras observaciones con el instrumento MIRI (Mid-Infrared Instrument) y el espectrógrafo NIRISS (Near-Infrared Imager and Slitless Spectrograph) de Webb serán necesarias para arrojar más luz sobre este posible sistema.
«Es la combinación de varios instrumentos lo que realmente determinará si este planeta tiene o no atmósfera», afirma Stevenson.