Se espera que los costes de fabricación de hardware aumenten una vez que comiencen los controles de exportación en agosto.
El gobierno chino decidió restringir la exportación de dos metales vitales para la fabricación de semiconductores y una amplia gama de productos electrónicos.
Según informa Bloomberg, a partir del 1 de agosto el Ministerio de Comercio chino restringirá las exportaciones de galio y germanio. La razón aducida es la protección de «la seguridad y los intereses nacionales» y cualquier empresa que desee exportar cualquiera de los dos metales o sus compuestos químicos deberá solicitar y obtener previamente una licencia.
Como parte del proceso de aprobación, el ministerio también exige datos de las empresas que compran uno u otro metal y sugiere que se denegarán las exportaciones a determinadas organizaciones extranjeras. China es el principal productor de germanio, seguido de lejos por Rusia y Estados Unidos. China también es uno de los principales productores de galio, pero también lo son Japón, Corea del Sur, Rusia y Ucrania.
El galio se utiliza en una amplia gama de productos electrónicos, como paneles solares, preamplificadores de microondas de bajo ruido en teléfonos inteligentes, LED y los láseres utilizados para leer discos Blu-ray, por nombrar sólo algunos. El germanio se utiliza en circuitos integrados de alta velocidad, paneles solares, lámparas fluorescentes y se considera un posible sustituto del silicio en los chips.
Se espera que la restricción de las exportaciones de estos metales, dependiendo de lo estrictas que sean, aumente el coste de la fabricación de hardware y podría provocar una escasez fuera de China.
Las restricciones a las exportaciones se han anunciado en un momento en que EE.UU. está estudiando restricciones aún más estrictas para impedir que los chips de inteligencia artificial lleguen a China. En mayo, el gobierno chino decidió que los chips Micron suponían una amenaza para la seguridad nacional y prohibió su uso en muchas empresas, una medida que se considera una represalia por la prohibición estadounidense de vender tecnología de fabricación de chips avanzados a China.