Un desconocido corta cuatro de los 15 principales cables submarinos, lo que obliga a los proveedores de telecomunicaciones a desviar el tráfico entre Asia, Europa y Oriente Medio. Los grupos hutíes niegan el ataque.
Alguien dañó cables de telecomunicaciones en el Mar Rojo, lo que obligó a los proveedores de Internet a desviar hasta el 25 % del tráfico entre Asia, Europa y Medio Oriente.
De los 15 cables oceánicos, cuatro han sido cortados, según un comunicado de la empresa de telecomunicaciones de Hong Kong HGC Global Communications. Los cables submarinos son una infraestructura crítica pero vulnerable, que en el pasado generó inversiones de Meta, Amazon, Google y Microsoft.
«Hemos ideado con éxito un plan integral de diversidad para desviar el tráfico afectado», afirma HGC. Esto implica desviar el tráfico a través de otros cables submarinos.
HGC no ha confirmado quién llevó a cabo el ataque, aunque hace apenas unas semanas el gobierno yemení advirtió sobre la posibilidad de que los rebeldes hutíes atacaran los cables como parte de un esfuerzo en curso para interrumpir las cadenas de suministro en la región. Los grupos hutíes también habían estado amenazando con el ataque en las redes sociales, informa Bloomberg.
El líder rebelde Abdel Malek al-Houthi negó las acusaciones. «No tenemos intención de atacar los cables marítimos que suministran Internet a los países de la región», le dice a CNN Business. Los hutíes culpan de los daños a las unidades militares británicas y estadounidenses que operan en la zona.
«Es demasiado pronto para decir si se trata de un sabotaje», le dice a Bloomberg Prenesh Padayachee, director digital de Seacom, que opera uno de los cables cortados. “Solo una vez que levantemos el cable podremos ver si alguien lo ha cortado”.
Padayachee dice que el problema probablemente esté en aguas poco profundas, entre 150 y 170 metros de profundidad, donde los combatientes hutíes respaldados por Irán han estado atacando barcos con drones y misiles.
Las reparaciones podrían llevar semanas o meses, dependiendo de los permisos para el trabajo de la autoridad marítima yemení. El trabajo también correrá el riesgo de quedar expuesto a nuevos ataques de grupos hutíes, según Globes, con sede en Israel. Las empresas pueden verse en apuros para encontrar a alguien dispuesto a aceptar el trabajo y probablemente tendrán que pagarles una prima.
Además de Seacom, otras empresas afectadas incluyen TGN, AAE-1 y EIG. AT&T y Verizon se encuentran entre varios proveedores importantes con acciones en EIG, cuya instalación de cable costó 700 millones de dólares. El cable de TGN se tendió en el fondo marino en 2001 y se vendió en 2005 por 130 millones de dólares.