Si escuchas música a menudo, lo más probable es que lo que más escuches sea música digital. Lo que quizá no sepas es que para ello utilizas un DAC. Los convertidores digital-analógico están integrados en todos los equipos capaces de reproducir sonido digital.
Introducción
Un DAC está en tu teléfono o portátil, pero también en tu televisor o videoconsola. Y aunque a los lectores más jóvenes los CD les parezcan anticuados, también son una forma de música digital.
Pero, ¿qué son exactamente los DAC y por qué son importantes? Sigue leyendo para entender por qué tienen tanta importancia en el audio.
¿Qué es un DAC?
Antes de entrar en qué es y qué hace exactamente un DAC, un breve resumen. Los oídos humanos no son capaces de escuchar los 0 y 1 que componen la música digital; sólo podemos oír señales analógicas.
No sólo eso, sino que el equipo a través del cual escuchamos música, sea cual sea, tampoco puede reproducir una señal digital; sólo puede recibirla. Por eso, para transmitirla, primero hay que convertirla en una onda sonora analógica y ahí es donde entra en juego el DAC.
Un DAC es el intermediario de todo el proceso, ya que descomprime la información binaria almacenada en el archivo digital para que el sonido resultante represente con la mayor exactitud la grabación analógica original.
Por supuesto, los archivos digitales tienen distintos niveles de calidad, desde los MP3 a 256 kbps hasta las descargas digitales FLAC a 24 bits/192 kHz, y esto afecta a la cantidad de información que contienen.
Un DAC sólo puede trabajar con lo que se le da y cuanto mejor sea el DAC, mejor trabajo podrá hacer, y eso con todos los tipos de archivo. Sólo hay que tener en cuenta que alimentar un DAC de buena calidad con una señal de mala calidad puede hacer más evidentes las deficiencias de esa grabación.
¿Necesito un DAC externo?
No todos los DAC son iguales. Aunque todas las fuentes de música digital contienen un DAC, su eficacia puede variar mucho.
Por ejemplo, es posible que los DAC más baratos no admitan las velocidades de datos de archivos más inusuales y tengan circuitos de menor calidad que provoquen errores de sincronización, distorsión y ruido en el sonido reproducido.
Los errores de sincronización son uno de los mayores problemas de los DAC de menor calidad, razón por la que dispositivos como teléfonos móviles y portátiles no suelen ser la mejor fuente de música digital. El DAC incluido no siempre es una prioridad, sobre todo en los teléfonos más baratos.
Por suerte, se puede mejorar lo que ya se tiene y sustituir un DAC interno de mala calidad por uno externo de mejor calidad. Es más probable que los DAC externos tengan mejores circuitos internos para que todo suene como debe.
En concreto, pueden resolver los problemas de sincronización gracias a unos circuitos de reloj digital mejores y más avanzados. Esto significa que la conversión del archivo a analógico será más precisa, limpia y cercana a la grabación original.
La compatibilidad de dispositivos también es un aspecto a tener en cuenta, sobre todo porque los dispositivos móviles han abandonado el conector de 3,5 mm que antes era algo habitual.
Los DAC externos pueden venir con un cable USB-C on-the-go, útil para conectarse a dispositivos Android o iOS con este tipo de conexión. Los dispositivos Apple con una conexión Lightning necesitarán el adaptador Lightning Camera para conectarse y para mayor comodidad hay algunos DAC que pueden conectarse de forma inalámbrica a los dispositivos.
¿Qué DAC debería comprar?
Aunque es probable que cualquier DAC externo ofrezca una mejora del sonido transmitido a través de algo más básico, esto no es un hecho y su eficacia variará. Como siempre, merece la pena investigar antes de comprar.
El hecho es que puedes gastarte miles de euros en un DAC si tienes un sistema que merezca esa cantidad de dinero: el DAVE de gama alta de Chord cuesta 8.000 euros.
Del mismo modo, una inversión de 89 euros en los EarMen Eagle con USB podría ser todo lo que necesitas para marcar la diferencia en tu configuración de audio.
Por eso es importante que pienses en cómo escuchas la música digital. ¿Qué dispositivos utilizas y qué funciones necesitas?
Los DAC portátiles, como el Eagle o el Cyrus soundKey (100 €), no necesitan alimentación externa (la toman del dispositivo). Son sencillos, con una entrada USB y un conector de auriculares para la reproducción.
Si te gastas un poco más en algo como el Chord Mojo 2, mantendrás la portabilidad pero añadirás entradas coaxiales y ópticas para una funcionalidad extra.
Por otro lado, una unidad como el Audiolab M-DAC+ (900 €) es mucho más grande y requiere alimentación externa. Por eso es más adecuado para un equipo de alta fidelidad que para una mochila. Eso sí, ofrece más opciones de conectividad para quienes tengan configuraciones más complejas.
Evidentemente, asegúrate de que este tipo de DAC incorpora un amplificador de auriculares si tienes intención de escucharlo en privado, además de a través de un par de altavoces conectados (no todos lo tienen).
Si te gusta escuchar música con la mejor calidad posible, te vendrá muy bien añadir un DAC al sistema que tengas. Investiga un poco, lee las críticas y estarás en camino hacia el nirvana del audio.