«Os hemos escuchado. Pedimos disculpas por la confusión y la angustia».
La semana pasada, Unity lanzó una bomba a los desarrolladores con una nueva tasa de tiempo de ejecución en su motor de juegos que se cobraría cada vez que se instalara un título, resumida por un desarrollador como una «decisión abismalmente catastrófica». Ahora, la compañía parece estar dando marcha atrás, prometiendo cambios en la política que serán revelados en breve.
«Os hemos escuchado. Pedimos disculpas por la confusión y la angustia que causó la política de tarifas de tiempo de ejecución que anunciamos el martes», dijo la compañía en un post en X. «Estamos escuchando, hablando con los miembros de nuestro equipo, la comunidad, los clientes y los socios, y vamos a hacer cambios en la política. Compartiremos una actualización en un par de días. Gracias por vuestros comentarios honestos y críticos».
We have heard you. We apologize for the confusion and angst the runtime fee policy we announced on Tuesday caused. We are listening, talking to our team members, community, customers, and partners, and will be making changes to the policy. We will share an update in a couple of…
— Unity (@unity) September 17, 2023
La noticia de la estructura de tarifas causó furor en la comunidad de desarrolladores, que rápidamente cerró filas contra Unity. «Nunca antes habíamos hecho una declaración pública. Así de mal lo habéis hecho», escribió Meta Crit, desarrolladora de Slay the Spire. «No hay forma de que Unity haya hablado con un solo desarrollador antes de lanzar esto», añadió Rami Ismail. En señal de protesta, muchos desarrolladores desconectaron los anuncios de Unity y otros se plantearon interponer una demanda colectiva.
Unity anunció los cambios tras un par de años difíciles en los que un cambio en la privacidad de Apple cortó gran parte de sus ingresos publicitarios. El año pasado, el precio de las acciones de la empresa se desplomó e inició despidos que afectaron al 8 % de su plantilla, es decir, 600 empleados. También ha tenido una polémica en torno a su CEO, John Riccitiello, después de que llamara «jodidos idiotas» a los creadores de juegos que no tienen en cuenta la monetización.
Tras el revuelo inicial, Unity intentó aclarar sus políticas, diciendo que solo cobraría por las instalaciones iniciales, que las organizaciones benéficas estarían exentas y que las demos no contarían. Los propietarios de servicios de suscripción tendrían que pagar la tasa, no los desarrolladores.
Sin embargo, algunos desarrolladores que se comprometieron con Unity y su anterior estructura de precios han dicho que siguen estando jodidos. «Puse años y años de trabajo en mi pipeline. Lo hice bajo una simple licencia por asiento que estoy feliz de pagar. Ahora, cuando está a punto de salir al mercado, me proponen algo nuevo. No se trata de un aumento de precio, sino de un cambio fundamental en nuestra forma de trabajar juntos. No tengo opciones, no puedo volver atrás, solo puedo doblegarme y [pagar]», escribió Tomas Sala, dev de The Falconer.
Queda por ver si los cambios de Unity aplacarán a los desarrolladores. «Sed honestos, directos y fiables. Necesitamos estabilidad», escribió un desarrollador en respuesta a la publicación de la compañía.