La ampliación supone una de las mayores inversiones extranjeras directas en EE.UU.
La Casa Blanca y Taiwan Semiconductor Manufacturing co. (TSMC) han anunciado planes para construir una segunda planta de chips en Arizona, según ha informado AZCentral. Esto aumentará la inversión de la empresa en el estado de 12.000 a 40.000 millones de dólares, al tiempo que reducirá en gran medida la dependencia estadounidense de las importaciones de semiconductores.
Ambas fábricas de TSMC producirán 600.000 placas al año. «A escala, estas dos [plantas] podrían satisfacer toda la demanda estadounidense de chips cuando estén terminadas», declaró Ronnie Chatterji, del Consejo Económico Nacional, a la CNBC. «Esa es la definición de resistencia de la cadena de suministro. No tendremos que depender de nadie más para fabricar los chips que necesitamos».
La fábrica recién anunciada producirá chips de 3 nanómetros de última generación en 2026. La ampliación supone una de las mayores inversiones extranjeras directas en EE.UU. y la mayor en Arizona. TSMC también actualizó recientemente sus planes en su primera instalación, anunciando que ahora fabricará placas de 4 nanómetros en lugar de 5 nanómetros. Los primeros chips se fabricarán allí a partir de 2024, y Apple y NVIDIA figurarán entre los primeros clientes.
La Ley CHIPS y de Ciencia asignó 52.700 millones de dólares en préstamos y otros incentivos, además de miles de millones más en créditos fiscales, para fomentar la inversión en la fabricación de semiconductores en Estados Unidos. La ley pretende impulsar la financiación privada de la fabricación de chips en Estados Unidos.
El Departamento de Comercio de EE.UU. y la Comisión Europea están llegando a un acuerdo para implantar un «mecanismo de alerta temprana» en relación con las interrupciones de la cadena de semiconductores, tras un programa piloto realizado el verano pasado. El objetivo es mejorar la previsión de la oferta y la demanda de semiconductores para lograr un equilibrio entre ambas.
Al mismo tiempo, la UE y EE.UU. están poniendo en marcha un mecanismo de «transparencia» en torno a las ayudas públicas concedidas al sector de los chips. En otras palabras, una parte no sorprenderá a la otra con subvenciones inesperadas a los semiconductores que puedan poner a cualquiera de las dos en desventaja competitiva. Una cuestión similar surgió durante una reciente visita del presidente francés Macron, cuando los líderes de la UE se quejaron de que la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense era injusta para las empresas no estadounidenses.