La fuga de cerebros se produce cuando X ha hecho cada vez más difícil que los investigadores utilicen su plataforma.
A principios de este año, Pew Research informó de que la mayoría de los usuarios estadounidenses de Twitter declararon pasar menos tiempo en la plataforma desde que Elon Musk la adquirió el año pasado. Ahora, nuevos datos sugieren que otro grupo importante de usuarios también está abandonando el servicio ahora llamado X.
Más de la mitad de los investigadores científicos que utilizan Twitter afirman que han reducido el tiempo que pasan allí o lo han abandonado por completo, según una encuesta realizada por Nature a miles de científicos. Y casi la mitad de los encuestados afirman que han recurrido a redes sociales alternativas como Mastodon.
De los 9.200 investigadores encuestados, más del 47% afirmó haber disminuido su uso del sitio, mientras que casi el 7% declaró haberlo abandonado por completo. Cabe destacar que casi el mismo número afirmó haber abierto una cuenta en al menos una nueva plataforma durante el último año.
De ellas, Mastodon, que ha experimentado un crecimiento significativo desde que se anunció la adquisición de Twitter por parte de Musk, fue la más utilizada. Alrededor del 47% de los investigadores afirmaron haber empezado a utilizar esta plataforma de código abierto en el último año. LinkedIn e Instagram fueron las siguientes más populares, con un 35 y un 27 por ciento de los investigadores, respectivamente. Curiosamente, Threads, el competidor de Meta en Twitter, ocupó el cuarto puesto a pesar de que la aplicación se lanzó sólo unos días antes de que Nature realizara la encuesta.
Al igual que los datos anteriores de Pew, los hallazgos de Nature sugieren que el uso de Twitter ha disminuido entre los que antes eran activos en la plataforma. También pone de relieve lo mucho que ha cambiado la dinámica de Twitter en el último año.
Twitter, como señala Nature, ha sido históricamente una plataforma importante para investigadores y científicos. Se ha utilizado para dar a conocer investigaciones y promover el debate científico. Y los investigadores de Twitter han sido una importante fuente de información fidedigna en una plataforma que lleva mucho tiempo luchando contra la desinformación. Twitter también ha sido una valiosa fuente de datos para innumerables investigadores que estudian desde la salud pública hasta la lingüística.
Pero mucho de eso ha cambiado ahora. Muchos usuarios sienten ahora que sus voces son ahogadas en una plataforma que da prioridad a los contenidos de quienes tienen una verificación pagada. Y la empresa ha encarecido tanto su API para investigadores que la mayoría ya no puede acceder a ella. Así que, aunque no todos los investigadores que hablaron con Nature estaban dispuestos a renunciar por completo a Twitter, parece que las tácticas de la empresa han alienado a gran parte de la comunidad científica.
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