El cambio al nombre X podría exponer a Twitter a demandas por infracción de marca de Meta, de Mark Zuckerberg y de otras empresas que ya utilizan el logotipo X, como Microsoft y Xbox.
Elon Musk se enfrenta a un espinoso problema legal: un gigante tecnológico en el que se le considera persona non grata ya es propietario de la marca X para servicios de redes sociales.
En 2019, Meta, la empresa de Mark Zuckerberg, recibió una marca para su propio logotipo X, que se utilizará en diversos servicios relacionados con Internet, como las redes sociales y la mensajería digital.
Además, muchas otras empresas también tienen derechos sobre logotipos X para sus propios productos, como ropa, drones y criptomonedas. Entre ellas está Microsoft, a la que se concedió la marca en 2003 para servicios relacionados con videojuegos Xbox.
«Hay un 100% de probabilidades de que alguien demande a Twitter por esto», afirma el abogado de marcas Josh Gerben a Reuters.
Una batalla legal entre Twitter y Meta sería irónica dado que Musk ya ha amenazado con demandar a Zuckerberg por presunto robo de secretos comerciales para construir Threads. Dicho esto, el logotipo X de Twitter es claramente diferente de la propia marca Meta, como se puede ver a continuación.
Una demanda por infracción de marca tendría que argumentar que el cambio de marca de Twitter está causando «confusión en la mente de los consumidores», según la Oficina de Patentes de Estados Unidos. Sin embargo, Meta no ha utilizado mucho su propia marca X.
Aunque el nombre de Twitter tiene un gran reconocimiento de marca, Musk ve la reforma como parte de su plan para convertir Twitter en una super aplicación capaz de realizar pagos online, mensajería personal y videollamadas, además de redes sociales.
«X es el estado futuro de interactividad ilimitada, centrada en audio, vídeo, mensajería, pagos y banca, que crea un mercado global de ideas, bienes, servicios y oportunidades», afirma Linda Yaccarino, nueva Directora General de Twitter.
Pero para algunos, el cambio de marca ha sido tan desagradable que la empresa de investigación Forrester predice que Twitter acabará cerrando o siendo adquirida en un plazo de 12 meses. «La visión de Musk es convertir ‘X’ en una ‘aplicación para todo’, pero esto requiere tiempo, dinero y personal, tres cosas que la empresa ya no tiene», afirma Forrester.